Al
tiempo en que escribo el presente texto nuestro país se debate sobre el
plagio de tesis que la ministra Yasmín Esquivel Mossa hizo para poder
titularse como licenciada en derecho. Un incidente que produce las típicas reacciones en los
feligreses de los partidos políticos quienes aprovechan para externar su
radicalismo, o bien, para esgrimir los argumentos más rebuscados e
incongruentes para desconocer o justificar el plagio. Las autoridades por su parte se
avientan la pelota unos a otros para cumplir a cabalidad aquello de que todo
cambie para que todo siga igual.
Dicho
lo anterior, tal incidente me resulta muy didáctico para abordar el
tema de “los plagios” en la lucha libre porque su parte toral aplica
perfectamente a lo que PAPSA le está haciendo al CMLL desde hace varios
meses. ¿Cuál es el problema? Por supuesto que no lo es la existencia de
dos trabajos de tesis con idéntico nombre, de hecho, pueden existir
decenas de investigaciones que tengan el mismo o nombre semejante siempre y cuando tengan su propia argumentación, métodos de investigación, estructura y conclusiones. Es decir que lo
que no es aceptable es que un trabajo tenga coincidencias hasta del 90%
con una tesis publicada con anterioridad.
Si
extrapolamos lo anterior a la lucha libre podemos advertir con mayor claridad la falta de
originalidad de Triple A y afirmar, con absoluta certeza, que carecen de
innovación alguna pues últimamente solo se están limitando a imitar la estructura
del calendario de eventos del CMLL. En efecto, desde el año pasado y a propósito
de la edición 2022 de “Noche de Campeones” la Triple A anunció que
ellos también obtendrían al retador de uno de sus títulos mediante la
votación del público. ¿Coincidencia?, lo dudo.
En aquel entonces todavía era tolerable el principal y falaz argumento de defensa que esgrimen sus seguidores: “El CMLL no cuenta con la patente de dicha modalidad y ni
siquiera la inventó”. Tolerable pero cínica porque dicho anuncio coincidió en tiempo y forma con la dinámica de votación que
el CMLL lleva a cabo para su evento desde el 2020. No estamos ante el acto poco original pero visionario de reactivar un concepto en desuso sino ante la imitación de uno actualmente en uso por otra compañía.