jueves, 12 de septiembre de 2024

Jueves de Glamour: El precio a pagar por haber dado lo mejor de sí.

Al mismo tiempo que los aficionados le exigían a Salvador Lutteroth Lomelí “la devolución” de PROMECOR a Sofía Alonso a efecto de impedir “la inminente” quiebra de dicha compañía, en la misma se estaban gestando los movimientos que realmente serían la clave para alcanzar el “peak” del que actualmente, por mera inercia, todavía disfrutan en la arena México. 

En efecto, este éxito fue consecuencia de una pluralidad de buenos proyectos y no de una explicación simplista tal y como de las que gustan los otrora fatalistas y hoy recalcitrantes entusiastas. 

El Martes de Glamour desde la arena Coliseo de Guadalajara no solo fue uno de esos buenos proyectos, de hecho, fue uno de los mejores e indiscutible pilar para la construcción de eso que los villamelones hoy día llaman “CMLLGOD”. Decir lo anterior no es ninguna afirmación a la ligera y a las pruebas me remito.

El coliseo de Guadalajara operó durante la pandemia de una manera que incluso compañías como la Triple A no pudieron. No solo operaron en estricto apego a las disposiciones sanitarias vigentes, sino que presentaron carteles atractivos debido a que oportunamente habían reestructurado su escuela y por eso no tuvieron ningún problema para organizar funciones usando exclusivamente a luchadores locales. Colocar a las escuelas colíseinas en lugar que siempre debieron de ocupar es algo en lo que Guadalajara tuvo mucho que ver.