sábado, 15 de mayo de 2021

La escuela coliseína y la gata manflora.

La empresa mexicana de lucha libre forjó su éxito gracias a tres pilares que, al día de hoy, siguen siendo las principales estrellas de la compañía; su escuela de lucha libre, sus arenas y el pago porcentual. La primera de ellas fue concebida a efecto de iniciar un proceso cíclico en donde se tiene previsto la salida de las grandes estrellas y la lógica necesidad de crear otras a efecto de llevarlas a la cima y repetir el proceso. Salvador Lutteroth ponderó a este pilar por encima de los otros dos y su estrategia le dio resultado cuando, a tan solo tres meses de iniciada su empresa, Mike Corona la abandonó llevándose además a varias de las estrellas de la histórica primera función.

Gonzalo Avendaño y su academia de policías fue el origen de un estilo que posteriormente se esparció por el resto del país gracias a sus alumnos. El ejemplo más exitoso fue el de Raúl Romero quien instruyó a Cuauhtémoc Velasco y que a su vez formó a decenas de luchadores en lo que después fue conocido como “la escuela de Jalisco” -Aunque estrictamente hablando dicha escuela es en realidad el método Avendaño-.
Este sistema ha permitido que cada salida sea cubierta no por alguien que pretende ocupar el lugar del migrante sino por alguien que busca crear su propio camino, de modo tal que, incluso detrás de las salidas de las leyendas de la lucha libre llegó otro luchador que supo tener su propio éxito. Hoy en día, el desconocimiento de la historia y el amarillismo hacen que mucha gente vea un caos en la salida de algunos luchadores y que, sin base alguna, esperen que el CMLL abra la cartera y se ponga a competir a billetazos por “los fichajes” del momento. No será así.

Lo que vamos a ver no es la respuesta a las recientes salidas sino un proceso pensado desde un principio y que año con año se mantiene activo esperando dar buenos frutos. Cachorro, Los Gemelos Diablo y Panterita del Ring, se suman a otros procesos en marcha en la búsqueda de su propio lugar en la lucha libre. Si todo sale bien, en un futuro saldrán del CMLL y los amarillistas de entonces dirán que es el fin del emporio Lutteroth y que ya no tienen estrellas. El ciclo sin fin.

Ahora bien, esta situación ha servido para evidenciar la hipocresía del gremio pues dichos debuts han causado escozor entre aficionados y luchadores. En efecto, ya se vio que los luchadores que se la pasan hablando de renovar el elenco y de tener nuevas rivalidades, así como los que acusan de falta de creatividad y deseos de enfrentar a otro tipo de luchadores (incluso preliminaristas), solo lo dicen de dientes para afuera porque, en los hechos, nadie quiere perder su lugar. En el caso de los aficionados sucede exactamente lo mismo pues a pesar de que comparten prácticamente todas las ideas anteriormente enunciadas, al final, cuando ven cuatro debuts en puerta se ponen a cuestionarlos y poner el grito en el cielo “porque no le han sudado” y porque “deberían de aprovechar a gente que ya tiene rato picando piedra”. En fin, el efecto de la gata manflora, aquella que cuando se la meten grita pero cuando se la sacan, llora...
 
 

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