miércoles, 18 de enero de 2023

Creíamos que se llamaba Marisela pero en realidad se llama Yazmin.

Al tiempo en que escribo el presente texto nuestro país se debate sobre el plagio de tesis que la ministra Yasmín Esquivel Mossa hizo para poder titularse como licenciada en derecho. Un incidente que produce las típicas reacciones en los feligreses de los partidos políticos quienes aprovechan para externar su radicalismo, o bien, para esgrimir los argumentos más rebuscados e incongruentes para desconocer o justificar el plagio. Las autoridades por su parte se avientan la pelota unos a otros para cumplir a cabalidad aquello de que todo cambie para que todo siga igual.

Dicho lo anterior, tal incidente me resulta muy didáctico para abordar el tema de “los plagios” en la lucha libre porque su parte toral aplica perfectamente a lo que PAPSA le está haciendo al CMLL desde hace varios meses. ¿Cuál es el problema? Por supuesto que no lo es la existencia de dos trabajos de tesis con idéntico nombre, de hecho, pueden existir decenas de investigaciones que tengan el mismo o nombre semejante siempre y cuando tengan su propia argumentación, métodos de investigación, estructura y conclusiones. Es decir que lo que no es aceptable es que un trabajo tenga coincidencias hasta del 90% con una tesis publicada con anterioridad.
Si extrapolamos lo anterior a la lucha libre podemos advertir con mayor claridad la falta de originalidad de Triple A y afirmar, con absoluta certeza, que carecen de innovación alguna pues últimamente solo se están limitando a imitar la estructura del calendario de eventos del CMLL. En efecto, desde el año pasado y a propósito de la edición 2022 de “Noche de Campeones” la Triple A anunció que ellos también obtendrían al retador de uno de sus títulos mediante la votación del público. ¿Coincidencia?, lo dudo.
 
En aquel entonces todavía era tolerable el principal y falaz argumento de defensa que esgrimen sus seguidores: “El CMLL no cuenta con la patente de dicha modalidad y ni siquiera la inventó”. Tolerable pero cínica porque dicho anuncio coincidió en tiempo y forma con la dinámica de votación que el CMLL lleva a cabo para su evento desde el 2020. No estamos ante el acto poco original pero visionario de reactivar un concepto en desuso sino ante la imitación de uno actualmente en uso por otra compañía.

La tolerancia a esta estulticia empezó a disminuir cuando PAPSA (razón social de Triple A) anunció que ellos tendrían su propia “Noche de Campeones”, así tal cual, sin la menor intención de variar letra alguna o de usar algún sinónimo, no, una copia descarada. En el mismo orden de ideas y en las mismas fechas tuvieron la puntada de anunciar su campeonato “La Leyenda Azul Blue Demon” –imitación del evento del CMLL, único creado bajo la autorización de Blue Demon-.

Al sistema para elegir retador mediante votación popular ahora tendríamos que sumar dos eventos bautizados de forma IDÉNTICA a los que organiza el CMLL desde años atrás. ¿Todavía quieren justificar el plagio con su pobre y ñero “ni que el CMLL hubiera inventado esos nombres”? Peor aún, llegó un tercer y un cuarto plagio con las recién anunciadas versiones tripleañeras de “El torneo nacional de parejas increíbles” y “El Grand Prix”, Esto implica que en un lapso inferior a dos meses el cronograma de eventos de Triple A contempla la imitación de cuatro eventos del CMLL, esto es UN TERCIO del calendario de PROMECOR –razón social del CMLL-. ¿Somos o nos hacemos?

Una cosa es que sus defensores no tengan reparo en quedar como idiotas al querer defender lo indefendible y otra es que nos quieran ver como tales cuando es evidente que “las coincidencias” en el cronograma de PAPSA con el de PROMECOR ya son tantas que es inevitable hablar de una copia descarada y total falta de creatividad. ¿Y aun así tienen jeta para decirse los más innovadores del gremio? Definitivamente hoy día el principal creativo de Triple A es el CMLL.

Eso sí, que Diamond no use un equipo plateado, La Ola Negra unos chalecos y Naútica una máscara con grecas porque entonces si hay plagio y hasta los llamamos clones, ¿Verdad?. ¿Ahí no se vale decir aquello de “ni que ellos hubieran inventado tal cosa? ¿Saben qué? Ustedes y su doble rasero pueden irse mucho a chingar a su madre.

En fin, creíamos que se llamaba Marisela pero en realidad se llama Yazmin.

 

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