viernes, 2 de abril de 2021

¿Qué cubren quinientos pesos?

Para responder a la pregunta que da título al presente post me es más fácil enunciar primero que es lo que no cubre una garantía  de quinientos pesos -pesos más, pesos menos, es lo mismo-:

No incluye un vestidor con el servicio de agua. Tampoco incluye una arena que cuente con servicios médicos, ambulancia y camilla. Desde luego que tampoco incluye seguridad social, ni gastos médicos mayores y mucho menos gastos funerarios. Ni siquiera incluye la hoja tamaño carta en donde se imprime un contrato. No incluye seguridad. Para acabar pronto no incluye un ring que reúna las condiciones adecuadas para llevar a cabo el espectáculo de la lucha libre.

¿Entonces qué es lo que cubre una garantía de quinientos pesos? Desde luego, el trabajo del luchador. Trabajo que a diferencia de las obligaciones patronales del promotor, deberá de llevarse a cabo con un compromiso del 100% por parte del luchador. De igual forma pero no menos importante, dicha cantidad "incluye" la cesión a perpetuidad de la imagen del luchador para la explotación comercial de su trabajo en servicios OTT. La naturaleza de este vínculo laboral es evidentemente leonina.

La pandemiaa  no creó la situación de precariedad de los luchadores, únicamente recrudeció una situación laboral que debería de ser insostenible desde hace muchos años, sin embargo, la histórica desidia de los luchadores, su ignorancia y valemadrismo hacen que no hagan absolutamente nada para mejorar sus condiciones laborales y ajustar sus remuneración e ingresos a los nuevos tiempos. Es por lo anterior que para el luchador un seguro de gastos mayores y de servicios funerarios consiste única y exclusivamente en pedir "donaciones" -limosna es una palabra más correcta-, convertirse en "nenis" que venden y entregan máscaras donadas en el estacionamiento de una plaza comercial y en recibir un jodido minuto de aplausos en una función organizada en su homenaje pero a beneficio económico del promotor. Evidentemente no podía faltar una publicación en el muro de su patrón en donde este  lo ubica como parte del roster de "la arena celestial". 

El luchador dejó pasar el momento histórico para incorporarse y ser beneficiarios de los derechos sociales que por ley debieran de tener todos los trabajadores. Hoy día, a pesar de haber visto crecer frente a sus ojos al internet y de que varios de ellos ya crecieron completamente familiarizados con esta tecnología, han sido incapaces de  exigir el pago de regalías por la explotación comercial de su imagen y por ello solo se conforman con el ridículo y leonino pago "en publicidad" -Están al nivel de aquel niño a quien el tendero abusivo le da el cambio en dulces-. 

Así fueran "centavos", son SUS centavos, centavos que no solo se ahorran sus explotadores sino que van a engrosar las arcas de los mismos. Exigir el pago de regalías no solo es lo justo sino que es la llave para que el luchador forme, por fin, una cultura laboral en donde exija lo que por ley le corresponde y deje de andar dando lástimas y pidiéndole limosnas a un público y gremio a los que les importa un reverendo pepino la salud de sus compañeros caídos. 

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