jueves, 10 de marzo de 2022

Mercurio: La hora de la verdad para Los Pequeños Estrellas.

La última vez que los pequeños estrellas fueron mediáticamente relevantes lo fueron bajo el dominio de Mascarita Dorada, sin embargo, aún con la presencia del máximo referente del género en el siglo XXI no pudieron evitar caer en la intrascendencia en la que se encuentran desde entonces. La división ha visto desfilar a talentosos luchadores pero ninguno de ellos ha podido consagrarse ni arrebatar el dominio de la categoría a los más experimentados. La situación actual de esta liga es muy parecida a la que vivieron las amazonas hasta el año pasado, esto es, un grupo de innegable calidad pero que se quedó enquistado en las mejores posiciones y que no facilita el ascenso de los más jóvenes. El problema es el mismo y por tanto la solución es la misma, esto es, aceptar que la mentalidad “vieja escuela” y de inflexibles jerarquías no funciona en una división con tan pocos luchadores. Necesitan tener mentalidad de manada, variar los rostros de la división a efecto de crear incentivos en los olvidados, renovar las ilusiones, refrescar las combinaciones y provocar que los experimentados no solo se apoyen en su jerarquía sino que también se sientan invitados a renovarse por el bien de la división. 

El campeonato de Mercurio es el primer paso para conseguir dicho objetivo pero para lograrlo es fundamental que desde el título se imponga un estilo de creatividad tanto en la propuesta de lucha como en el vestuario. De igual modo es importante que más de uno tenga su momento a efecto de tener a varios luchadores a punto y como opciones reales para encabezar la división –previniendo cualquier salida-. 

Ahora bien, lo anterior es un solo un ingrediente que por sí mismo no produce ningún cambio y es por ello que es importante la incorporación de elementos como Magia, Minos y Full metal que renueven a la división, reduzcan el promedio de edad e incorporen algo nuevo a la categoría. 

La creación de conceptos en la liga es indispensable pues tiene años que no hay uno solo. A excepción de la incorporación de un par de ellos como miembros de “Los Boricuas” la realidad es que no hay conceptos en la división. Puede no haber figuras carismáticas porque a final de cuentas “el ángel” es algo circunstancial, sin embargo, no hay razón para que no existan conceptos. Para formar a los mismos se requiere de mucha creatividad y principalmente de inteligencia de los luchadores para hacer a un lado egos y pelearse por liderazgo cuando lo único que tienen que hacer es remar hacia la misma dirección. Si tiene éxito uno o dos luchadores y se forma de igual forma uno o dos conceptos con potencial mediático, todos los demás resultan beneficiados. No importa quien sea, lo importante es crear e impulsar un ariete que le abra las puertas al resto.

También es importante señalar el papel de los veteranos. Sin duda tienen su lugar y la calidad de pioneros pero ya tuvieron su momento. No obstante, dando lo mejor de sí podrían ayudar para tener una buena época para la división y tener un buen cierre para sus respectivas carreras.
 
Finalmente la división está en movimiento y vemos los ingredientes necesarios para lograr que la categoría vuelva a ser relevante. Los ingredientes están, ojalá sepan cocinarlos.

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