La industria de la lucha libre se sacudió durante el 2020 cuando dentro del marco del movimiento #SpeakingOut varias personalidades del gremio señalaron a otros colegas por cometer actos de abuso sexual. El escándalo fue mayúsculo y aunque prácticamente en la totalidad de los casos ninguna de estas denuncias llevó a luchador alguno a prisión, los medios hicieron eco de las denuncias y no perdieron tiempo para presentar a las mismas en sus respectivos espacios.
Situación semejante se vivió con Alberto del Río y recientemente con Demus. Es claro que los medios que cubren a la lucha libre no tienen reserva alguna cuando se trata de comentar este tipo de denuncias y que casi de forma instantánea emiten su opinión sobre el tema y erigidos en jurados populares hasta dictan sentencia. Digo lo anterior para dejar bien en claro que dicha práctica es de uso corriente y por ello sorprende el silencio sepulcral que medios e influencers guardan respecto a la última denuncia de abuso sexual que sacude al gremio de la lucha libre. ¿Será por los nombres de los supuestamente involucrados?
¿A qué se debe el silencio de la prensa especializada y de los influencers? Me gustaría saber la respuesta por la que a este caso le da un trato diferente respecto a los otros ya enunciados. El tiempo confirmará si Hiedra y Chicana son inocentes o si merecidamente terminarán sus días en prisión pero ahí quedará para la historia el silencio cómplice de los medios. ¿Se autocensuran a conveniencia?
Seguramente pronto vendrán los típicos señalamientos de personas que viven en este siglo XXI pero cuya mentalidad es propia de las cavernas: Que dónde estaban los padres, que como iba vestida la niña, que si tiene tatuajes y escucha cierto tipo de música o que a esa edad las niñas ya saben lo que hacen y el resto de idioteces que se suelen escuchar cuando en un caso de violación les importa más el estilo de vida de la víctima que el delito en si.
Estamos en presencia de la acusación más sería en años y por la naturaleza del mismo no ha lugar a maquillar el acto ya que este amerita la suficiente publicidad para que, en caso de estar ante una conducta reiterada, más víctimas puedan hacer su denuncia. Por el contrario, determinar la inocencia o culpabilidad de los señalados ya será cuestión de los jueces.
Hasta el día de hoy lo único cierto es que existe una denuncia y que la prensa especializada de la lucha libre tiene un bozal en el hocico y que ahora mismo están usando el fin de la relación laboral entre Bandido y el CMLL como una cortina de humo para evitar que este caso sea mencionado.
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