jueves, 1 de abril de 2021

Las mentiras de Konnan: Sus importaciones en la EMLL.

Charles Ashenoff actualmente es uno de los hombres más sobrevalorados en la lucha libre mexicana pero, a diferencia de otros elementos que guardan el mismo estatus, no debe su exceso de valoración en los sentimientos que típicamente nublan el juicio de los aficionados sino en una historia completamente tergiversada.
 
En efecto, Ashenoff es un tipo talentoso y entre sus virtudes se cuenta la de tener un buen manejo de relaciones públicas motivo por el cual ha aprovechado sus relaciones con personalidades que van desde Dave Meltzer hasta promotores y luchadores para imponer una narrativa en donde no solo sobredimensiona el papel que ha tenido en la lucha libre mexicana, sino que minimiza o de plano omite de la historia a otros personajes, al tiempo que siempre culpa a alguien más de sus propios errores. Cabe decir que hasta ahora se ha salido con la suya.

Uno de los temas que más le ha dado fama es el de sus importaciones y es aquí cuando empiezan sus mentiras y manipulación de la historia. Ashenoff ha convencido a los estadounidenses de que él fue un artífice del llamado “boom de los noventas” y un elemento clave tanto en el ring, como en el aspecto creativo y en la importación de luchadores que fueron claves para el éxito de la EMLL lo cual es completamente falso.
Elegí iniciar con este tema porque es uno de los más fáciles de acreditar y por lo mismo es un claro ejemplo de la facilidad con la que el cubano ha manipulado la historia a pesar de las contundentes evidencias que lo contradicen.

¿Qué tipo de extranjero estaba acostumbrado a ver el aficionado mexicano? Estos iban desde los que tenían un altísimo nivel y fama hasta aquellos sin prosapia pero altamente rentables -en medio de ellos había un montón de personajes intrascendentes-. André el Gigante, Big Van Vader, Hulk Hogan, Tiger Mask, Tiger Jeet Singh, Kevin Von Erich, Antonio Inoki, Ring Fujinami, Abdullah The Butcher, Tony Stone y Vicky Williams eran algunas de las estrellas que venían a nuestro país. No eras espejitos, no eran promesas, eran luchadores con un prestigio consumado y con una jerarquía internacional como la que no hemos vuelto a ver. Gran Hamada y Fabuloso Blondy eran ejemplos de un tipo de elemento altamente deseado por los promotores porque a pesar de no tener la fama -ni el costo de otros- fueron parte de exitosas promociones.

Ken Timbs, Fabuloso Blondy, el original “gringo loco” es un luchador infravalorado al que la memoria colectiva mexicana le niega su carácter de estrella a pesar de que protagonizó durante un lustro eventos que fueron un éxito de taquilla. Él fue una contratación que produjo mucho más de lo que costó. Con Timbs la EMLL encontró un tipo de extranjero que a pesar de estar muy lejos de la calidad y la fama de los del Toreo, eran mucho más rentables y accesibles. Salomon Grundy, Vampiro Casanova y el propio Konnan siguieron este arquetipo.

Ahora que menciono a los independientes, ¿Qué tipo de extranjeros traían en la misma época? Pegasus Kid, Buffalo Allen, Kokina, Bam Bam Bigelow, Black Scorpio, Doug Furnas y Dan Kroffat, entre otros. Muchos ya sin el glamour de los de antaño pero que tenían una calidad probada y con varios de ellos en proceso de ser auténticas superestrellas.

¿En dónde ubicar a los extranjeros que tanto cacarea Konnan? Nitron, Mike Shaw, Norman Smiley y Haku. En primer lugar, ninguno de ellos cumplía con el arquetipo establecido por Timbs pero tampoco tenían el prestigio de los luchadores más afamados que nos habían visitado ni dieron combates memorables como los brindados por la última generación de importados independientes. Eran caros y poco rentables. Nitrón no logró superar lo hecho por Butch Masters en la propia EMLL y en el Toreo. Shaw fue un estorbo para Salomón Grundy. Smiley era un buen luchador pero pocos recuerdan la enorme decepción que provocó conocer a un tipo con facha de maestro de matemáticas al que se le había hecho una inmensa campaña publicitaria en donde solo se mostraba su silueta. Haku, el más mediático de todos pero también el más caro, tampoco logró superar a su contraparte independiente (Kokina) y su campaña en México fue muy poco convincente.

No me olvido de la carta estrella de Konnan, el violador Arthur Barr, quien fue una suerte de mezcla de los tres tipos de extranjeros más comunes en México y que obtuvo muy buenos resultados en un corto periodo de tiempo, sin embargo, el mérito de los mismos no fue de su exclusividad ni se dieron en la forma en que sostiene Konnan. En sus historias Konnan le ha negado por completo cualquier crédito creativo a Alonso, Herrera, Rangel y prácticamente cualquier instructor o coliseíno de la época e incluso en los últimos años se ha atribuido varias ideas de Antonio Peña. Por ejemplo, en el match Blue Panther vs. Love Machine los estadounidenses le niegan cualquier mérito a Génaro Vazquez a pesar de que en aquel entonces el lagunero ya era una apuesta segura en este tipo de luchas pues llevaba más de un lustro dando buenos encuentro y haciendo que las mismas fueran un éxito. Las mentiras no paran ahí puesto que en una típica estrategia de Charles Ashenoff exagera las cifras para hacer más grandilocuente su papel. Respecto a este match se dice que ocho mil personas quedaron fuera de la arena y se concentraron en Dr. Lucio -Entre Dr. Lavista y Río de la Loza- algo simplemente absurdo y completamente inverosímil. A la negación de méritos se le sumaría la práctica de inflar cifras y, finalmente, la de atribuirse el trabajo ajeno tal y como pasó cuando se apropiaron del nombre que Ken Timbs había trabajado durante años y de los movimientos de vanguardia del genial Arturo Casco -”frog splash”- para darle nombre y un carácter innovador (sic) a Los Gringos Locos y atribuirle a Barr el carácter revolucionario que realmente le corresponde a "La Fiera".

Este es el contexto real de esta faceta suya en el CMLL. Ni trajo a los más grandes, ni a los más famosos, ni a los más rentables y tampoco a los técnicamente más dotados de la época. En este renglón su papel fue mucho menos destacado de lo que presume. Tal y como lo iré demostrando en futuras entregas, esta no será la primera ni la última de sus mentiras.

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